
El nombre
«Madre Divina»


El nombre
«Madre Divina»
La expresión «Madre Divina» se refiere a las cualidades universales y nutritivas de la naturaleza -bienaventuranza, inteligencia, creatividad, armonía- que existen dentro de todos y siempre promueven la vida en dirección a la paz y el progreso.
La experiencia común de ser mujer es que tenemos un sentido inherente de maternidad hacia todos y hacia todo. Esta es nuestra naturaleza maternal, como mujeres.

Los límites se vuelven ilimitados: el despertar de la unidad
A través de los programas de Meditación Trascendental y TM-Sidhi nos sumergimos en el mar ilimitado de nuestra propia conciencia pura y despierta. Día tras día, nuestra conciencia despierta se expande para abarcar más y más.
Con ello, los límites de la individualidad, de las diferencias, se funden en una conciencia ilimitada en la que domina la unidad y no las diferencias.


Despierte su estado más natural de corazón y mente
A medida que crece la experiencia de la conciencia expandida, despertamos a nuestro estado más natural de corazón y mente, un estado muy fino en el que disfrutamos de un afecto maternal espontáneo por cada miembro de la población mundial.
Es un sentimiento de querer a los más de siete mil millones de personas del mundo como a nuestros propios hijos.
Crece un sentimiento muy real de protección y preocupación por el bienestar de toda la vida y, al igual que una madre, sentimos un sincero deseo de ayudar a nuestra familia mundial a salir de sus dificultades y sufrimientos.

¿Cómo lo hacemos?
La respuesta es muy sencilla. Pasamos del nivel de madre al nivel de Madre Divina.
Sabemos que la Madre es la creadora, la nutridora y la sustentadora de la familia. Cuando añadimos la Divinidad a la Madre, tenemos al creador, al nutriente y al sustentador de toda la vida.


¿Dónde se encuentra la experiencia de Madre Divina?
Esa realidad de Madre Divina se experimenta durante nuestra práctica de la Meditación Trascendental y el Programa TM-Sidhi, cuando nuestra conciencia se expande y se asienta en su propio estado de paz, silencio y descanso.
Esta es la verdadera experiencia de volver a casa: un lugar de descanso, de seguridad. En esta experiencia de la Conciencia Trascendental, simplemente nos sentimos como una niña en el regazo de su madre: tranquilas, seguras, satisfechas.

¿Cómo establecemos la experiencia de
Madre Divina?
En primer lugar, necesitamos nutrirnos. Este es nuestro principal requisito.
Debemos tomar rápida y completamente posesión de aquello que posee todo lo demás. Esto es la Conciencia Trascendental. Necesitamos establecer ese nivel omnipotente de Conciencia Trascendental como una realidad permanente en nuestra vida.
Esto significa que tenemos que profundizar nuestra propia experiencia de la Conciencia Trascendental para que cada pensamiento, palabra y acción se infundan naturalmente con nuestra propia realidad holística de Madre Divina.
Sólo entonces podremos nutrir verdaderamente al mundo con amor y dicha.


¿Cómo localizar a Madre Divina en nuestra conciencia?
Madre Divina se localiza trascendiendo nuestro propio proceso de pensamiento mientras permanecemos completamente despiertas dentro de nosotras mismas. En lo profundo del núcleo interno de nuestra propia conciencia autorreferencial es donde se encuentra Madre Divina.
Es desde aquí, la pura realidad de Madre Divina localizada en nuestra propia Conciencia Trascendental, que tenemos la habilidad de nutrir a cada individuo y a cada grano de la creación.
Desde el nivel de la Conciencia Trascendental, más allá del tiempo y del espacio, las ondas de nuestra dicha nutritiva alcanzan simultáneamente a todos y a todo a la vez.

¿Cómo crear enormes olas de dicha maternal?
Para tener la magnitud de atención vital necesaria para crear enormes olas de poderosa dicha maternal en el mundo tan estresado de hoy, necesitamos aumentar el número de individuos que practican las tecnologías de conciencia de Maharishi y especialmente aumentar el número de grupos como el Programa Madre Divina que dedican sus vidas a practicar estas tecnologías de coherencia y creación de dicha.


